sábado, 30 de octubre de 2010

EL COMIENZO DEL FIN
Día 1


El Balonmán Cangas tiene una historia, y los chicos de Quiños demostraron que el peso del escudo es un orgullo y no una losa. Se multiplicaron desde mucho antes de bajarse del autobús, siendo un bloque capaz de luchar sin importar el peso del rival. Covadonga se esperaba un partido más asequible, un filial que ya se sentía premiado con participar en la fase, pero el Explotaciones Mineras es mucho más, es un grupo de espartanos escondidos bajo piel de cordero que a muchos engaña y que pocos, con la actitud de la tarde de ayer, pueden hacer frente. El balonmano, como cualquier otro deporte, exige fuerza física y fortaleza mental. Los aficionados que ayer asistieron a las gradas del Braulio García vivieron en primera persona una clase magistral de ambas cosas donde Quiños tomaba el mando de los mandos ante un Villaldea al que el pasado le pudo más que el devenir de su equipo, el futuro del Grupo Covadonga. Pero la de ayer no era una tarde para pensar en astur, era el momento de los gallegos, el comienzo de un final soñado que Cangas persigue desde hace ya tiempo y no se cansa de afrontar por muchas adversidades que se presenten. Ni aun haciendo valer el factor cancha que, en la mayoría de los casos, como aquí pasó, se sintetiza con la labor arbitral.
Ni unos, ni otros. Quiños y su séquito se plantan cómo y dónde querían, ganándose el respeto y, con permiso del rival de esta tarde, el papel de favorito al ascenso.

Se dijo y dice en el vestuario, hoy es la gran final, el último paso para la última parada: PRIMERA NACIONAL.


Pepe Camiña.

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